miércoles, 21 de enero de 2009

Obama y los miércoles

Me gustan los miércoles, entre otras cosas porque tengo programa de radio nocturno, y a mí me encanta la radio de noche. Entro en directo en RNE a la una de la madrugada desde el programa "Afectos en la noche", con Óscar López, Rafael Vallbona y Silvia Tarragona, la directora del programa. Reconozco que, cada miércoles, siento un poco de pereza a la hora de salir de casaa las doce y media, y más ahora que hace tanto frío por las noches, pero nada más llegar a la radio se me pasa todo. Me divierto horrores durante la hora que dura el programa,y regreso a casa pasadas las dos y media recordando una frase que me dijo Mamen: "Tú has hecho realidad el sueño de tu vida: que te paguen por hablar".

Ayer seguí la ceremonia de investidura de Obama. La transmisión desde Washington me pareció mediocre: comentarios a destiempo, muy mejorable la tradución simultánea, cortes inapropiados... y, sobre todo, intervenciones sobre momentos que reclamaban silencio, como cuando Yo Yo Mae interpretaba la música compuesta por John Williams especialmente para la ceremonia. En ese instante, la corresponsal en Washington juzgó que había llegado la hora de lucir unos cuantos conocimientos acumulados, y nos regaló un ramillete de obviedades que no permitieron escuchar la música. Muy apropiado, sobre todo teniendo en cuenta que lainterpretación iba a durar apenas cuatro minutos. ¿Es que no podía cerrar el pico hasta que terninase la actuación? ¿No tiene la música de Williams y la maestría de Yo Yo Mae la suficiente fuerza como para merecer un silencio respetuoso? ¿Por qué los corresponsales parecen sentirse en la obligación de hablar todo el rato, como vulgares tarabillas?

El discurso de Obama no fue de los mejores que le he escuchado. Por lo demás, cometió un anecdótico error en el juramento, y se olvidó de que él es el presidente número 44 al decir "antes que yo, 44 personas han jurado este cargo". Por lo demás, la ceremonia tuvo la originalidad, la brillantez y el aire un poco charro que dan los americanos a sus celebraciones y que harían arrugar la nariz a un jefe de protocolo francés o británico. Recuerdo que, hace ya medio siglo, cuando se celebró la coronación de la reina Isabel II, el programa de actos era tan rígido, tan inamovible y tan milimetrado, que estaba previsto que la soberana no pudiese moverse del escenario de la coronación durante casi siete horas. Para luchar contra cualquier contingencia fisiológica, en los días previos al acontecimiento se sometió a la casi reina a una dieta brutal compuesta casi exclusivamente de carne y pródiga en sal para facilitar la retención de líquidos...

Lo que no vi en directo fueron los famosos bailes a los que acudió la pareja para celebrar la proclamación. Los diez bailes - si, diez - por los que la pareja presidencial se deja caer, siquiera unos minutos, para celebrar la victoria con aquellos que contribuyeron a la victoria electoral. Barak y Michelle son una pareja francamente atractiva. Él luce la pajarita con una naturalidad digna del mismísimo Fred Astaire. Ella estaba deslumbrante en chiffon blanco. El vestido que lució en la ceremonia de la mañana hasido muy comentado, pero yo, que de moda entiendo sólo lo justito, la encontré estupenda.

Si los Obama asistieron a diez bailes, John Kennedy y su Jackie sólo tuvieron que presidir seis, para lo cual Jackie se cambió hasta cuatro vecesde vestido: había que dejar claro que estaba naciendo la era Camelot. Eso sí, cuando la pareja recibía felicitaciones en la fiesta celebrada en un hotel de Washington, John pidió a la ya primera dama que atendiese a los invitados durante unos minutos: acababa de saber que Frank Sinatra y J. Davies celebraban una reunión privada en una de las suites del hotel, y quería pasare por allí para darles lasgracias por su generosa ayuda durante la campaña. Se sabe que Kennedy aprovechó bien el tiempo, y mientras Jackie lucía su modelazo de Óscar de la Renta, él aprovechaba para darse un revolcón con Angie Dickinson, una de las "groupies" del "ratt pack".

No consta que los Obama se separasen en ningún momento durante las fiestas de anoche. Creo que, para bien de su esposa, Barack no está hecho de la misma pasta del presidente Kennedy. Como él mismo dijo ayer, el mundo ha cambiado. Demasiado, diría yo. Como demasiada es la carga que va a soportar la elegante espalda del flamante presidente de los Estados Unidos, y demasiadas las esperanzas puestas en su legislatura. Él recordó que América se enfrente a una crisis y a dos guerras, en claro recordatorio a los ilusos que esperan milagros o purgas de Benito. El optimismo antropológico es en realidad una soberana muestra de gilipollez. Obama lo sabe, y por eso ayer fue más cauto que entusiasta, más moderado que expansivo, más realista que nadie. Eso es lo que puede ponerle a salvo de las peores piedras del camino. Mientras que aquí hay quien quiere ver al americano como un nuevo Mesías, él ha dado la primera receta: trabajo.
Buena idea, presidente. Aquí hay más de tres millones de tipos que esperan lo mismo.

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7 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Leo en El Progreso ahora mismo que Bush, que abandona la Casa Blanca en el Marine One, se vuelve a Texas para vivir como un ciudadano de a pie. ¿No os hace gracia esto de ciudadano de a pie? ¡Si el rancho tiene más valor que la mitad de España! Y lo que va a cobrar el tío sólo por ser ex, aparte negocios, empresas, petroleo y demás. Pobre hombre, casi se carga el mundo y se quejará...
Voy preparando los grilletes por si están espiando tu blog, al menos cierran Guantánamo y nos dejarán con Mario Conde, seguro que éste se lleva otro par de bailarinas al trullo.

21 de enero de 2009, 23:17  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Es curiosa la mezcla de sensaciones y de anhelos que se concentran en un sólo hombre.
Ilusiones de unos, envidias de otros. Es el que ha de arreglar la crisis mundial, las guerras de los distintos orientes....
Esperanzas y odios, todo el mundo mirándole con una inmensa lupa....
Yo, en su pellejo, sentiría verdadero vértigo....
Un saludo.

22 de enero de 2009, 3:51  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Los paralelismos (inevitables) con Kennedy, me parecen como mentar la bicha...

22 de enero de 2009, 5:34  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Más o menos, por aquí dicen lo mismo:

http://www.elmundo.es/opinion/columnas/david-torres/2009/01/2582364.html

22 de enero de 2009, 7:18  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Hoy en El Progreso, Fotografía del 11 octubre del 88, se puede ver en el baile de gala del Círculo de Las Artes a un grupo de matrimonios lucenses entre quienes están Rivera Manso y Lolita Cela . Sin conocerlos, supongo que son tus abuelos Paternos .
Con un solo baile bastaba para pasarlo bien . En Lugo somos así .
SEito -un "Habitual" del Blog de Paco Rivera .

23 de enero de 2009, 6:23  
Blogger Marta Rivera ha dicho...

SEito, yo también te sigo a ti y echo de menos al amigo Honorio, cuyo regreso espero. Y, sí, a mis abuelos les gustaba mucho la fiesta. Pero creo que a mi padre aún le gusta más!!

24 de enero de 2009, 10:51  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Marta, ya he visto que funcionas también como Centralita y se agradece, porque tu Padre será todo lo festeiro que se quiera, pero cumple como un reloj y sin días de vacaciones .
Quienes muchas veces nos tomamos la vida más en serio de lo que esta exige_que no lo manifiesta_ admiramos a los que llevan el día a día sin inmutarse y mutando en contínuo al ritmo de todos los ritmos .El además es de los que lo marca;y además come naranjas por la noche .
Un abrazo .
SEito

24 de enero de 2009, 12:39  

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