domingo, 7 de septiembre de 2008

Domingo, domingo

Fin de semana tranquilo, con un tiempo estupendo y algo de trabajo. La semana que viene tengo que entregar un artículo a El País Semanal, y me he dedicado a preparar el guión y dejar todo listo para escribir durante la semana. además, está el artículo para la web de ámbito cultural y el que tengo que hacer para El Progreso. Y la novela, claro.

Leo en los informativos digitales que han detenido a Toñi Vicente por comprar vieiras contaminadas y cuya venta está prohibida. Como esta señora es una profesional que lleva mucho tiempo en el negocio, supongo que sabía perfectamente lo que estaba comprando: un molusco bajo sospecha. Además, digo yo ¿que hace una restauradora que cobra 24 euros por una ensalada de vieiras adquiriendo producto en el mercado negro? No sé que dirá la justicia, pero me temo que la carrera de Toñi Vicente ha quedado tocada para los restos. Y no voy a decir que lo sienta. Soy una firme defensora de la cocina experimental, pero considero que las novísimas técnicas culinarias tienen que ir de la mano del más estricto control de los productos. Durante mi estancia en Lyon, tuve la oportunidad y la suerte de visitar el muy rabelesiano mercado de Las Halles, donde se dan cita los compradores llegados de los mejores restaurantes de la ciudad. No puedo imaginar a ninguno de aquellos clientes comprando materialde matute a gente de baja estofa en un callejón oscuro para dar gato por liebre a sus clientes tras ahorrarse unos euros. Galicia presume, con toda justicia, de poseer las mejores materias primas del mundo testadas por unos rigurosos controles de calidad. Que la dueña de un restaurante que es referencia de la nueva cocina gallega haya sido cazada in fraganti comprando fuera de los cauces legales hace un flaco favor a la gastronomía gallega.

Mi padre me reproduce la siguiente frase escuchada en la Radio Galega: "Nacionalismo é modernidade son sinónimos". Para partirse de risa. O para llorar. Así que ahora todos los nacionalistas son modernos.De forma que, aplicando la famosa propiedad conmutativa, todos los modernos son nacionalistas. Supongo que los que no somos nacionalistas somos antiguos. O bien somos nacionalistas y no los sabemos. Tengo que preguntar a mi padre si lo que estaban emitiendo en la radio gallega era un concurso de gilipolleces. Así se entendería mejor la frase de marras.

Salen críticas de "La conjura del Escorial". Buenas las de "Fotogramas" y "Onda cero". Terrible la de "El confidencial". Hay opiniones para todos los gustos, pero valen todas y hay que aguantarse con unas y con otras.

Ayer fue el cumpleaños de mi hermana Susana. Lo celebramos en su casa un grupo de amigos entre los que estaba Ana con su hijo Praatik. Nuestro niño lleva ya seis meses en España, y está estupendo y guapísimo. Tiene unos enormes ojos negros que parecen ver el interior de las cosas. Ha crecido y engordado, va al colegio y le encanta el brécol. Ana, madre adoptiva, soltera y primeriza, ademásde trabajadora, dice que se las apaña bien. Nose queja por los madrugones, por algunas noches en blanco pasadas sin ayuda, ni por la última travesura de su hijo: se encerró en el baño y hubo que llamar a los bomberos para sacarle. Se marchan tarde, con Praatik dormido sobre el hombro de mi amiga, y eso me hace recordar cuántos motivos tenemos para dar las gracias y ser felices.

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6 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Querida Marta: nunca hemos de olvidar que detrás de una crítica siempre hay una persona -o se presupone-. Y las personas no siempre tienen razón. Ni para bien ni para mal. Exponer el trabajo de uno a la opinión del público es lo que tiene y supongo que tú, por tu trayectoria, lo debes de saber mejor que nadie. Es imposible gustar a todo el mundo y hemos de lidiar con ello, lo cual no quiere decir que, objetivamente, el resultado de trabajo sea enteramente bueno o enteramente malo.

Otra cuestión aparte es la excesiva mordacidad empleada en la crítica de "El Confidencial". Ahí sí me ha parecido ver un puntito de mala leche que va un poco más allá de la labor crítica. Pero lo mismo son apreciaciones mías.

Abrazos,
Pedro de Paz

7 de septiembre de 2008, 11:53  
Anonymous Anónimo ha dicho...

He visto "La Conjura...".
Y me ha gustado.
Lo mejor: el vestuario, Julia Ormond y Puigcorbé.
Lo peor (y ya lo siento): Jordi Mollá... ¿pero dónde está el chico de "La Buena Estrella?

8 de septiembre de 2008, 8:13  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Yo también la he visto y me lo he pasado bien. No es una gran película, pero entretiene.
Coincido con el último post, Mollá está infumable, y también el que hace de alguacil. Pero Puigcorbé lo hace de maravilla

8 de septiembre de 2008, 8:18  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Julián Gómez
Buenos días, me ha encantado "La conjura de El Escorial". Nos la han recomendado en la programación cultural de los funcionarios gallegos. No sé si le gustará o no saberlo, pero entre los compañeros está calando, y hasta han organizado una especie de excursión para hacer algo distinto juntos, no siempre va a ser trabajo o pulpadas, y nos hemos ido al cine. Parecíamos colegiales pero en general la historia ha calado, casi diría entusiasmado. Un par de ovejas negras, pero nada más.
Por cierto, yo creo que lo que la falla a Mollá es la voz, tal vez a también a algún otro actor
Suerte como guionista y la seguiremos en sus novelas.
Creo que tiene algún amigo por aquí, pero muchos seguidores, la calidad se impone siempre a la intolerancia, y diferencias en cuanto a experiencias u opiniones no tienen nada que ver con libros magistrales como para mí ha sido En tiempo de prodigios.
Gracias

9 de septiembre de 2008, 0:01  
Blogger Marta Rivera ha dicho...

Julián, muchísimas gracias por lo que me dices.
Me alegro de que te haya gustado la película, y de que la hayáis visto en grupo. Es cierto, a veces está bien hacer algo distinto.
En cuanto a la peli, es cierto que no es el mejor trabajo de Mollá,pero en cambio Puigcorbé está inmenso.
Entre los funcionarios de la Xunta tengo un gran amigo, ´Pablo Núñez, también escritor, que ha sido mi gran valedor entre vuestro colectivo.
Qué bien que te haya gustado "En tiempo de prodigios". En febrero saco novela nueva,a ver qué pasa.
Te agradezco que me hayas escrito, y espero que tengamos ocasión de vernos algún día.
Un abrazo

9 de septiembre de 2008, 3:42  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Julián Gómez
Precisamente Pablo, aparte de la programación de propuestas culturales, es el que nos ha dado la matraca con El inventor de historias, En tiempo de Prodigios, toda tu obra. Al menos a mí ya me había adelantado que sacarías tu siguiente trabajo pronto.
Muchos le decimos a Pablo que él también está ahí porque se lo merece, pero siempre nos sale con que no te llega ni a la suela de los zapatos. Claro que la experiencia es un grado y que él comienza a andar, pero sin conocer a más escritores que a él y a ti sólo de que me firmases dos en la librería Souto, yo creo que se pasa de modesto o de humilde, porque de tímido nada. Yo creo que por el momento está acojonado, y perdón por la expresión, en un mundo que cree que le viene grande.
En cuanto a Mollá y La Conjura, yo no creo que sea un mal trabajo, sigo insistiendo en que me parece que el fallo es la voz, porque no es la suya y no encaja con el actor ni con el papel

10 de septiembre de 2008, 3:46  

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